jueves, 22 de noviembre de 2012

La ciudad comestible


Érase una vez una ciudad normal y corriente. En ella vivían muchos ciudadanos. Un día por la noche unas hadas fueron a su ciudad que se llamaba “Ville” y la rociaron completamente con unos polvos mágicos. Al día siguiente no pasó nada. Pero al cabo de un mes sí que pasó algo extraño. Todas las cosas de la ciudad se convirtieron en comida y cobraron vida. Por ejemplo, la comisaría era una rosquilla gigante y las casas un menú entero. Los habitantes se querían comer toda la ciudad, pero la comida tenía sentimientos y les dijo un discurso que les llegó a todos al corazón. Entonces hicieron las paces las comidas y las personas. Se llevaron tan bien que todos fueron amigos. Los niños, las niñas y las comidas jugaban al fútbol, al baloncesto, a saltar a la comba etc. Y los adultos quedaban con ellos para hablar de sus cosas íntimas. Un día sucedió que los habitantes de una ciudad cercana se enteraron de que “Ville” era comestible y vinieron a comérsela. Pero sus habitantes, como eran sus amigos, la defendieron y ganaron echando a sus enemigos y dejándoles bien claro que no vinieran nunca jamás. Al final se enteró el mundo entero y no les volvieron a molestar.

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