Procedencia de la imagen |
Había una vez dos gemelos llamados
Víctor e Ignacio. Tenían los ojos marrones, el pelo castaño y la
nariz pequeña. Víctor siempre iba con pantalón corto y camiseta,
mientras que Ignacio siempre iba con vaqueros y una camisa.
Un día, en el colegio, les dijeron que
tenían que asociar un adjetivo a cada nombre que había en una lista
muy larga, y ellos, bromeando, empezaron a escribir:
- La pelota es cuadrada.
- El libro es redondo.
- El girasol está contento
- La ventana está triste.
- El bosque es elástico.
- El bolígrafo está cansado.
En ese momento, y sin ninguna razón,
el bolígrafo dejó de escribir. Los gemelos creían que se le había
acabado la tinta, pero era imposible porque el bolígrafo era nuevo.
Entonces, fueron a coger otro, cuando una voz dijo:
―¡Dejadme descansar, que no paráis!
Puede que sea nuevo, pero a este paso me voy a terminar muy pronto.
Había sido el bolígrafo quien había
dicho eso. Los gemelos se quedaron con la boca abierta al verlo de
pie sin que nadie le sujetara. Entonces, le dijeron:
―Bueno, y ¿qué necesitas para
descansar?
―Con que hagáis los bien las cosas y
rápido, me basta.
―Pero con esta lista tan larga vamos
a tardar horas en terminarlo ―dijo Ignacio.
―Tranquilos, que yo os ayudo.
El bolígrafo les ayudó, y, gracias a
él, terminaron los deberes muy pronto. Esta vez, escribieron:
- La pelota es redonda.
- El libro es cuadrado.
- El girasol es amarillo.
- La ventana está abierta.
- El bosque es grande.
- El bolígrafo está lleno.
Cuando terminaron le dijeron a “Boli”,
que es como lo habían llamado:
―Gracias Boli, ¿mañana, si tenemos
deberes, nos ayudas?
―Claro, aquí me tenéis para lo que
sea.
Me gusta Juan José. Es cortito pero original.
ResponderEliminarLa verdad es que si Julio es corto pero muy chulo.Me ha gustado.
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